Conoce la historia del C.E.I.P. Jorge Guillén - PUA
ORIGEN
En el año 1972, como parte integrante del Plan de Urgencia de Andalucía (PUA), se creó el Colegio de Preescolar y EGB Jorge Guillén de Málaga. Se pretendía escolarizar núcleos de población dispersa en el extrarradio de las ciudades. Fue un plan, desde el punto de vista arquitectónico, útil y novedoso por las modernas instalaciones con que se dotó a todos los edificios de este ambicioso proyecto: tres módulos con calefacción central, más una amplia zona lúdico-deportiva y casa independiente para el conserje. Uno de ellos, dedicado a tareas administrativas y de gestión; otro, destinado a las aulas, laboratorio, zonas diáfanas, salón de actos…; y un tercero con gimnasio, que incluía instalaciones de aseo, almacén y despachos.
El Colegio Jorge Guillén, integrado en su entorno natural, se convirtió enseguida en un centro público modélico, muy demandado por familias de gran diversidad social, llegando a tener cerca de 800 alumnos procedentes de Olías, Jarazmín, La Pelusa, El Palo, Ciudad Jardín y población rural dispersa. Transporte y comedor fueron desde el primer día servicios fundamentales debido a la distancia de las viviendas de la mayoría de la población escolar. Pero, no sólo llamaba la atención las excelentes instalaciones de que disponía, sino por la profesionalidad del profesorado, que consiguió crear un clima empático y familiar, y por los innovadores proyectos pedagógicos que se llevaron a cabo a partir de finales de los ochenta.
Proyectos de innovación pedagógica (etapa LOGSE)
La nueva concepción de la vida escolar se consiguió con el esfuerzo del profesorado y de las familias, y con una gestión democrática del Equipo Directivo y del Consejo Escolar. Estos fueron algunos de los proyectos que contribuyeron al cambio:
Interdisciplinariedad en la segunda etapa de EGB en las áreas de Ciencias Sociales y Lengua-Literatura, basado en el trabajo en equipo, salidas culturales, asambleas expositivas y de debate y trabajo en papel orientado por el maestro.
Globalización y refuerzo del aprendizaje en talleres creativos, que sustituyeron al área de educación plástica por actividades artísticas rotativas más dinámicas en diferentes ámbitos, de acuerdo a las habilidades de cada profesor. Se incorporaron todos los ciclos.
La integración del alumnado con síndrome de Down (pioneros en el curso 1983-84) se abordó creando un aula específica a la que ocasionalmente asistían otros compañeros para ayudar a la socialización. Poco a poco los niños con síndrome de Down se fueron incorporando a las aulas ordinarias con el apoyo correspondiente de una maestra de educación especial y una monitora. A partir de la valoración positiva de la experiencia, se votó en claustro la continuidad del proyecto al mismo tiempo que se reivindicó a la Junta de Andalucía una ley que universalizara la integración en todos los centros públicos y concertados. Otro alumnado con diferentes necesidades educativas especiales (NEE) y el correspondiente personal de apoyo se incorporaron a la vida del centro alternado el aula específica con la ordinaria correspondiente a su nivel.
El teatro fue una de las actividades de mayor impacto y trascendencia en la comunidad escolar y en el barrio. Los musicales, convirtieron al colegio en un auténtico centro de referencia para las familias que buscaban una educación integral, ilusionante y motivadora para sus hijos. Con una puesta en escena muy cuidada, no sólo se representaron en el gimnasio, pistas deportivas y espacios escénicos de Málaga, sino en otras localidades, que los demandaban. Los niños y las niñas de 8º de EGB y de 6º de primaria después vivieron experiencias excepcionales de convivencia, trabajo en equipo, cooperación con los compañeros de mayor dificultad y otros valores que el escenario aportad de forma determinante en su formación.
Los juegos dramáticos en sexto de primaria y otras actividades escénicas relacionadas con el programa curricular tuvieron un fuerte impacto en la prensa. Las matemáticas, el conocimiento del medio y otras asignaturas de los últimos cursos de primaria se aprendían no sólo en el aula sino con breves dramatizaciones.
Proyectos de experimentación educativa: Se realizaron en sexto de primaria, después de que el Instituto El Palo absorbiera los cursos de 7º y 8º de EGB pasando a ser de la ESO. Se basaban en el aprendizaje por descubrimiento, trabajo en equipo, manipulación de contenidos, maquetas, periodismo, descubrimiento del entorno y evaluación del trabajo sin calificaciones. Algunos fueron premiados a nivel nacional.
NUEVOS PROYECTOS COMPLEMENTARIOS
Reforestaciones sistemáticas del entorno en la que participaron todos los cursos.
¿Qué pinto yo en mi cole? Un proyecto de la Diputación de Málaga dirigido por el artista Ché Durán. Todo el alumnado participó en la decoración del muro que circunda el Colegio.
Centro TIC: El Colegio se transformó informatizando las aulas con un ordenador por alumno. Sin embargo, la falta de preparación del profesorado retrasó varios años la puesta en práctica de la utilización de esta tecnología como herramienta didáctica.
Plurilingüismo: Fuimos uno de los primeros centros de implantación del uso del segundo idioma, el inglés. Como en los demás, la mayoría del profesorado no estaba formado suficientemente y los resultados no fueron los deseados.
Paseando en bici al cole: Conseguimos con la ayuda de la policía municipal que un gran número de alumnos utilizara la bicicleta para desplazarse al colegio creando un camino verde escolar. La imagen del patio lleno de ciclistas era una estampa novedosa que nos asemejaba a cualquier colegio holandés.
Convivir con la naturaleza: nieve, playa y montaña: Una serie de actividades de aire libre se incluyeron en el Plan de Centro con resultado muy positivo.
El olivo: proyecto medioambiental de aprovechamiento de recursos del entorno: Se trataba de conocer el fruto más preciado del Mediterráneo, el aceite de oliva. La recolección de las aceitunas de los diez olivos del patio y su donación a familias necesitadas fue una excelente excusa para estudiar al conocido como “árbol de la salud”.
Participación en la creación del taller ocupacional “La Traíña” como proyección social y laboral de nuestro alumnado con NEE: Un trabajo ingente y extraordinario de un equipo de padres de alumnos en el que colaboró muy activamente nuestro colegio.
Las actividades extraescolares han sido y son parte importante en la vida del Centro, destacando el club de Badminton, creado en 1982, uno de los pioneros en Andalucía, que ha conseguido importantes trofeos nacionales.
Actividades festivas: Los conciertos navideños, las fiestas de primavera y de fin de curso en colaboración con el AMPA, así como una amplia programación de actividades complementarias orientadas al conocimiento geográfico, histórico, botánico y cultural de Málaga, han dado al centro un valioso prestigio para continuar existiendo pese a la competitiva oferta de centros públicos y privados de la zona.
Los viajes de estudios y otras salidas al entorno: desde su inicio en el curso 1983 han sido una actividad planificada, tanto para fomentar la convivencia y la integración, como el descubrimiento cultural de los lugares de destino, elegidos por razones históricas, artísticas y geográficas. Ningún alumno se privó de ellos por razones económicas, gracias a la ayuda del AMPA y a las actividades organizadas para conseguir recursos.
INCIDENTES PREVISTOS
En el trascurso de su historia, hubo algunos acontecimientos dignos de relatar. En su primera etapa de la década de los setenta, el colegio tuvo una piara de cerdos en lo que actualmente es el almacén de teatro en el porche del patio. De la carne de estos animales se suministraba, en parte, el comedor. El singular director de aquella época lo gestionaba todo para ahorrar dinero a la maltrecha economía del centro. Pero un día se escaparon los cerdos enfilando el cauce del arroyo. Los alumnos de octavo de EGB se encargaron de recuperarlos y devolverlos a su pocilga.
Pero el acontecimiento de mayor repercusión fue la catástrofe del 14 de noviembre de 1989. Una gota fría hizo crecer el arroyo Gálica hasta el punto de romper el muro que lo desviaba hacia su derecha. El agua arrastró grandes piedras y ramas de árboles arrasando parte del edificio y de sus pistas deportivas. El gimnasio se convirtió en un gigantesco aljibe y las aulas de preescolar, ubicadas actualmente en la zona baja del Instituto El Palo, quedaron destruidas. Afortunadamente no hubo desgracias personales por haber ocurrido a media noche. Seis muertos hubo en Málaga y dos mil personas evacuadas ante la avalancha de agua por desbordamiento del Guadalhorce, Guadalmedina y todos los arroyos que cicatrizan la ciudad.
Al no tener Málaga Plan General de Ordenación Urbana, el Colegio se construyó en el cauce del Arroyo Gálica, entre la carretera de Olías y el Camino Viejo de Vélez. Decisión muy arriesgada ya que ni al arroyo, que hubo que desviar, ni al colegio, se les protegió suficiente ante una posible catástrofe como la que ese día sucedió. Tampoco había puente que permitiera el acceso a pie del alumnado procedente de La Pelusa o El Palo.
Gracias a una intensa gestión del equipo directivo con el apoyo del AMPA, la Junta de Andalucía decidió proteger definitivamente el Colegio con nuevos muros de hormigón en el arroyo y en el propio Centro, además de la construcción del puente de acceso. Durante los seis meses que duraron las obras, las clases se impartieron en el Colegio Miguel Hernández, en jornada única de tarde.
Estos inconvenientes no influyeron en el aumento de la matrícula, que llegó a completar el máximo de capacidad de que disponía el centro. El comedor tenía en las décadas de los ochenta y noventa cuatrocientos treinta comensales, atendidos por dos cocineras y un pinche. La calidad de la comida fue un aliciente más en la creciente demanda de plazas.
NUEVOS AIRES, NUEVOS EQUIPOS (LOMLOE)